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Cosmovisión  del pueblo mapuche 

El mirar el mundo no sólo se hace con los ojos también con el sentir y vivir.

En la cosmovisión occidental, la unidad es Uno, todo es Uno, todo se mira y se cuenta de a uno, por eso es una sociedad de uno o una sociedad de individualismo y por esto mismo existe la competencia individual.

Desde la cosmovisión Mapuche se ve al mundo de dos, todo es par y nada es uno, no es un par caprichoso, sino de acuerdo a la vida y la misma naturaleza, la Madre Tierra. Es así que hay Sol-ANTÜ- pero también está su par que es la Luna -KÜLLEM- está la mujer y está el hombre, el anciano y el niño, y así sucesivamente se van uniendo los demás elementos de la MAPU (TIERRA). El árbol da sombra, si uno está cansado o tiene sed, toma agua o puede colocarse a la sombra de un árbol.

En la visión occidental, el hombre está sobre la tierra y se siente superior a ella, se puede vender la tierra, se puede arrendar y se puede usurpar bajo cualquier método, esto corresponde a su modo de ver el mundo.

En la visión Mapuche, el hombre no está sobre la tierra, el hombre es parte de la tierra y la CHE -gente- vive en armonía y equilibrio con la Tierra, con el elemento que compone nuestro SER y cuanto más das, más vale la persona. En el mundo occidental, cuanto más tienes, más vales (acumulación de riquezas), y el futuro es adelante, siempre adelante. El avance de la ciencia y la tecnología es futuro, no importando que de tanta ciencia se llegue al niño probeta o a la bomba atómica, eso es futuro.

En la visión Mapuche, el futuro no es adelante, para nuestro Pueblo Mapuche el futuro está atrás. El mirar atrás, el pasado, para sobre esta base analizar nuestro presente y proyectar nuestro futuro.

Los pueblos originarios que celebran la llegada del nuevo sol junto al solsticio de invierno se encuentran fuertemente arraigados a la tierra, ya que su vida ha dependido durante siglos de los ciclos de siembra y cosecha. Ejemplos de esto son las denominaciones para la Madre Tierra como Pachamama en el lenguaje aymara y Ñuke Mapu en mapudüngun (también escrito mapudungún o mapuzugun). Toda aproximación a la religiosidad y la cultura debe considerar este aspecto esencial.

 

 

En la perspectiva mapuche todo sobre la tierra es dual. Antü (sol) se opone a Küllem (luna), como el hombre se opone a la mujer y el joven al anciano. Lo mismo sucede con las estaciones del año. Existen energías de ascenso y descenso que se distribuyen a lo largo del año solar, que se renueva cada solsticio de invierno, cuando las energías llegan a su punto de equilibrio y comienza una nueva declinación. El inicio del invierno (que empieza con la noche más larga y marca la época más fría del año) indica la llegada del nuevo sol, el renacimiento de la vida, en un ciclo que parte con la lluvia purificadora y fecunda.

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